jueves, 5 de julio de 2012

Arrugas


Se despertó, a las 6 a.m., como todos los días, sin saber, que hoy no iba a ser igual.
Apagó el despertador, sintió el helado aire de la mañana, se levantó de la cama, caminó descalza sobre el piso frío, porque no recordaba qué había hecho con sus pantuflas antes de acostarse. Quizás las pateó sin querer y fueron a parar muy abajo de la cama.
Llegó al baño, a empezar su rutina diaria, primero la ducha, calentita, para terminar de despertarse. Porque sin el agua corriendo en su cuerpo, sigue dormida el resto del día. Mientras espera que se caliente el agua, se cepilla los dientes, lentamente, disfrutándolo, viviendo profundamente cada movimiento. Cuando termina, entra al fin a la ducha. Una relajante ducha, que afloja sus músculos, ayuda a descontracturarla. Cierra el agua, con algo de desgano, preferiría quedarse más rato ahí, hace frío afuera como para salir. Se seca el cuerpo, y se enrieda el toallón en el pelo, el largo cabello que le llega a la cintura. Se pone una perfumada crema, comenzando por las piernas, y sube hasta el cuello. Ya hidratada su piel, se viste. Disfrutando, siempre disfrutando a cada segundo, respirando profundo, mirando su cuerpo, admirándose. Porque se ama, se gusta, se ve linda, hermosa, y le encanta verse. Le encanta hacer de cada movimiento una danza, le encanta que cada roce con su propio cuerpo, se convierta en una caricia.
Mirandose atentamente al espejo, ya vestida. Vestida como lo que es, una diosa, se pone su crema para el rostro. Enamorada de su cara. Haciendose masajes al tiempo que pone la crema, tocando una arruga que halló, su primera arruga! Cualquier mujer enloquecería al ver una arruga en su rostro, correría a la farmacia más cercana y compraría alguna crema que no sólo sea hidratante, compraría algo que le borre esa arruga, y que prevenga las futuras. Le gritaría a su esposo, y a sus hijos. Se sentiría fea y vieja. Probablemente ya inservible. Sentiría que se le acerca el fin.
Pero ella no. Ella la miró, y se sintió privilegiada. Es un regalo de la vida, ¡mi primera arruga, y qué bien se ve, qué bien me queda! Porque una arruga, no es signo de vejez, ni de fealdad. Es la experiencia misma, es la vida que le dice a todo el mundo: ¡ella ha vivido, ha experimentado cosas grandiosas, y sigue haciéndolo!
Salió del baño, con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Ya podía decirle al mundo que tenía una arruga.
Lo despertó a su marido, los despertó a sus hijos, y mientras todos se alistaban, preparó el desayuno para su familia, como todos los días. El desayuno se hizo muy ameno. Y ella aprovechó la ocasión, la reunión familiar para dar la noticia...
'No notan nada distinto en mi?'
'Te cortaste el cabello!', 'No, cómo va a ser eso, lo hubiéramos notado anoche, te maquillaste!', 'No chicos, no ven que no está maquillada, está más flaca, es eso?'
'Nonono, nada de eso. Hoy estoy más linda, me apareció una arruga, acá, no la ven?'
'Ahhh, si, ahí está, qué lindo, una arruga... Alguien me pasa el azúcar'

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.